Un palomar en el entorno monacal
Carmen Villanueva.- Pues sí, es cierto que existe un palomar con capacidad para unos mil nidos de paloma, Pero ¿tal posible cantidad de palomas no es perjudicial para los edificios artísticos? Sin duda, pero no preocuparse. Primero veamos un poco de historia.
Construido alrededor del año 1864 por indicación del obispo San Antonio María Claret que había sido nombrado por la Reina Isabel II presidente de un comité dedicado a restaurar los numerosos y graves daños sufridos en el edificio desde la ignominiosa expulsión de los Jerónimos del monasterio escurialense. La digna edificación del palomar se mantiene a través de los años dignamente, y digo dignamente porque conserva una graciosa arquitectura… y, por cierto sin ninguna huella de palomas ni siquiera huellas de sisellas invasoras.
Se podría hacer un concurso (sin premio, desde luego) para que el lector más perspicaz se planteara encontrar el lugar de este plomar. No es fácil.