Tan cerca y tan lejos
FERNANDO DEL CAMPO FERNANDEZ-SHAW.- Es una gran noticia que nazca un nuevo lugar de encuentro en estos tiempos que nos han tocado vivir. Por eso, vaya por delante mi más sincera felicitación a este nuevo Crónica de Abantos y mi compromiso de contribuir, en la medida de mis posibilidades, a su éxito y consolidación basada en tres pilares identitarios de nuestro entorno: la historia, la cultura y la naturaleza. ¡Bravo!
Y en ese contexto de compromiso, propongo hacer un ejercicio constructivo con la opinión, con las propuestas y con las críticas que favorezcan a este entorno único y excepcional en el que vivimos…; no sirve de nada el carácter destructivo, inmovilista e intransigente en una sociedad cada vez más polarizada.
¡Pues a eso vamos!
Y es que sí, efectivamente, nuestro monasterio, indiscutible e indubitable joya patrimonial de la Humanidad, referencia en el universo cultural, histórico y turístico de nuestra localidad, ensombrece otra “joya patrimonial” como es nuestro paisaje cultural, entendido este, según la UNESCO, como “paisaje donde interacciona el hombre y la naturaleza”: las dehesas, la reforestación, los jardines del monasterio y las casitas (del Príncipe y del Infante), los huertos, el casco histórico y las colonias históricas, el Bosque de La Herrería, las canteras, las cañadas, los puentes, las montañas que nos rodean, etc. son una simbiosis entre hombre y naturaleza.
Y es en este paisaje natural que nos rodea, donde gente enamorada y comprometida con su entorno han dedicado su trabajo, su esfuerzo y su tiempo para poner en valor una de esas joyas patrimoniales: la Cerca Histórica de Felipe II.
Protegida (jurídicamente) por el decreto 52/2006, de 15 de junio, por el que se declara bien de interés cultural (B.I.C.), en la categoría de territorio histórico, el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial constituido por el ámbito delimitado por la Cerca Histórica de Felipe II, mediante la Resolución de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, de 13 de diciembre de 2004, por la que se incoa el expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Territorio Histórico, a favor del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, constituido por el ámbito delimitado por la Cerca Histórica de Felipe II. ¿Y?
Una joya patrimonial estudiada y publicada por nuestros queridos y admirados Gregorio Sánchez Meco y Vicente Rosado Fernández, convertida en “cuaderno de viaje” en la obra “El sueño cercado” por el equipo liderado por nuestro apasionado Álvaro Martínez (con José Luis Vega Loeches y Myriam Bernal, entre otros), incluida en el blog personal de nuestro amigo Nicolás Jiménez, divulgada por nuestro maestro Carlos Agudo y en el TFM de Irene Altares… iniciativas todas ellas nacidas del amor y la pasión por nuestro entorno, del altruismo y la generosidad, y del compromiso y dedicación por divulgar, enseñar y, por qué no, formar en el conocimiento de “lo escurialense”. ¿Y?
Un tesoro cerca de nosotros… pero alejado, desconocido e ignorado, desgraciadamente, por la inmensa mayoría; abandonada y olvidada, por las razones que sean, por los organismos públicos (y privados) que deberían velar por su conservación… y vandalizada y mutilada por aquellos indeseables que, seguramente, no son conscientes del daño que hacen.
Casi 100 millones de metros cuadrados y con una longitud de más de 50 kilómetros de un rico patrimonio arqueológico y antropológico que no puede quedar en el olvido.
Por ello, sirva el propósito de estas primeras líneas para responder al interrogante “¿Y?” que cierra algunos párrafos anteriores:
¿Por qué los habitantes, vecinos (gurriatos o veraneantes), empresas, asociaciones… no nos planteamos empezar a hacer algo al respecto? Gente joven con ganas y gente no tan joven con tiempo, podemos “pensar en global, pero actuar en local”, a través de delimitar una pequeña franja de la Cerca donde comenzar algo bonito…
¿Por qué no impulsamos la puesta en marcha del Plan Especial de Protección del Territorio tal como indica el decreto del BIC junto con los ayuntamientos afectados, la CAM y Patrimonio Nacional?
Podría ser una aventura apasionante. Muchos no lo veremos, pero merecerá la pena… ¿Y?