“Si la música es el alimento del amor, sigue tocando”

CLARA URETA CHUDOBA.- Mi amor por la música viene desde el momento en el que nací, habiendo crecido en un entorno de músicos y siendo hija del pianista y concertista de origen peruano Alberto Ureta, es algo que ha formado y forma parte de mi persona; no es sólo un pasatiempo, es una necesidad, al igual que lo es para una enorme cantidad de personas que aman y viven la música durante toda su vida.
La fortuna quiso que yo naciera en un lugar en el que se aprecia ampliamente este arte, junto con muchos otros; un rincón cultural que enriquece a los espíritus artísticos. En San Lorenzo de El Escorial, rodeada de la belleza de las montañas y la naturaleza, se abre paso la imponente arquitectura del Real Monasterio de Felipe II. Junto a estas bellas piedras se encuentra uno de los mejores conservatorios de la Comunidad de Madrid, el Centro Integrado de Música Padre Antonio Soler. En él, han estudiado y dan clase algunos de los artistas de este pueblo, que dan conciertos y promueven la actividad cultural del lugar.
Entre los docentes podemos encontrar, por ejemplo, a Juan Manuel Alonso, quien dirige la orquesta Carlos III en conciertos como el del verano pasado en el que se celebraron los 200 años de la Novena Sinfonía de Beethoven en el Teatro Auditorio Escorial, o Miguel Ángel Pastor y Beatriz Alonso que están a cargo del atrayente podcast “Cuentos i Música. Los Ecos del CIM” (@cimpodcast); así como también a Jordan Fumadó, excelente profesor de clavecín y que ha colaborado con algunos de los intérpretes más importantes de música antigua.
Del conservatorio Padre Antonio Soler también han salido nuevos artistas que han ido buscando un espacio en el mundo de la música, pero sin olvidar las raíces de las que aprendieron a conocer y dominar este arte. Así pues, organizan conciertos para difundir su pasión por todo San Lorenzo de El Escorial y tocan en diferentes locales del lugar como son el Real Coliseo de Carlos III, del siglo XVIII, o el Re-Babel, donde se organizan jam sessions de jazz en las que han tocado alumnos del CIM, como Álvaro Torres, que ha publicado discos de sus propias obras como su nuevo álbum “Iris” (Sunnyside Records 2024), Alberto Santamaría, Mauro Álvaro o Mario Fierro, entre otros. Por otro lado, también se han dedicado a llevar la música a aquellos interesados en aprender sobre ella, dando clases particulares o en academias del entorno, por ejemplo, en la Escuela de Música Matisse, implementando técnicas para adaptarla a cualquier nivel o edad, tales como Dalcroze o Suzuki, y hacer más accesible la comprensión de la teoría o la práctica de un instrumento, como han hecho Carlos Negro, Juan Calvo o Elisa Méndez, entre otros.
San Lorenzo de El Escorial tiene encanto tanto por su belleza natural, arquitectónica e histórica, como por su actividad cultural y su amor a la música que se remonta mucho tiempo atrás. Podemos retroceder, por ejemplo, al siglo XVIII, cuando se edificó la casita del Infante don Gabriel, hijo de Carlos III. Este palacete, de estilo Neoclásico, fue construido con el propósito de disfrutar de conciertos de música de cámara, ya que el Infante don Gabriel era un gran amante de este arte, teniendo como profesor al propio padre Antonio Soler, y llegando a tocar algunos de sus conciertos para dos órganos en la Basílica del Real Monasterio de El Escorial.
Así pues, es un privilegio y una suerte haber podido crecer en un entorno que hace lo posible por mantener la música viva en nuestras vidas. Sin duda, la música y San Lorenzo de El Escorial tienen una historia en común y un bonito futuro.