Quinientos niños y mil arbolitos

La fotografía de la primera Fiesta del Árbol, han sido recogidas de la revista Blanco y Negro del 4 de marzo de 1915.
J. C. Sainz de los Terreros (Representante del Duendecillo Bolilla).- El relato del duendecillo de hoy, nos traslada a 120 años atrás para conocer cómo se celebró otro gran acontecimiento en este Real Sitio, –“un espectáculo grandioso” como lo calificó la prensa-, y sobre el que Bolilla tiene amplia información en su baúl mágico, ese que nunca se llena, se guarde lo que se guarde en él. Además, el duendecillo estuvo presente, desde el principio hasta el final, sin perder un solo detalle. Fue la primera GRAN FIESTA DEL ÁRBOL. Esta es la crónica de ese gran día.
Por Real Decreto del 24 de marzo de 1904, se instauraba oficialmente en España la celebración del DÍA DEL ÁRBOL, con el objetivo de promover plantaciones en montes y suelos públicos, con finalidad educativa, pues se creaba pensando en los niños. A partir de este momento se empezó a organizar la FIESTA DEL ÁRBOL en muchas localidades, y una de las primeras en hacerlo fue San Lorenzo de El Escorial. El día elegido para ello, fue el domingo 25 de febrero de 1905, con frío pero soleado.
A las diez de la mañana llegaba el tren especial que, desde Madrid, trasladaba a una amplia representación del Gobierno, con el Marqués de Vadillo, Ministro de Agricultura al frente, acompañado de altos cargos de su Ministerio, junto al promotor de esta fiesta, Don Mariano Belmás, numerosos invitados y una amplia representación de la prensa de Madrid y del resto de España.
Trasladados todos ellos en carruajes desde la estación hasta La Lonja, fueron recibidos por la Corporación Municipal al completo, con su Alcalde, Don Nicolás Serrano a frente, el Prior del Monasterio, y otras autoridades civiles y militares. Tras una visita al Monasterio, a las doce se celebró un almuerzo en su honor, ofrecido por el Ayuntamiento en la Fonda Miranda, con cuarenta comensales.
Y llegó el momento del inicio de la gran fiesta, fijado para las dos de la tarde. En la plaza de la Constitución, donde se había concentrado numeroso público, esperaban emocionados los más de quinientos niños que iban a ser los protagonistas, junto a sus maestros y profesores de las escuelas municipales, de los colegios de religiosas, del Real Colegio Alfonso XII, del Colegio de Carabineros, de la Universidad María Cristina, de San Lorenzo, junto a los de las escuelas municipales de la Villa de El Escorial. También participaron los alumnos de la Escuela de Ingenieros de Montes que, gracias a su importante colaboración, se pudo organizar y llevar a cabo.
Antes del inicio, se vivió un emocionante momento, en que todos cantaron, por primera vez, el HIMNO AL ÁRBOL, del poeta cordobés Don Antonio Fernández Grilo, con el acompañamiento musical de la Banda de Carabineros. Así lo describió la prensa: “El espectáculo que ofrecían los niños cantando el Himno al Árbol, era grandioso, y ese momento quedará grabado eternamente en el corazón de cuantos lo presenciamos.”
A continuación, la numerosa comitiva de autoridades y participantes, junto a vecinos y padres de los niños, se puso en marcha, sin prisa, pero sin pausa, recorriendo la calle Floridablanca y el camino de Guadarrama, hoy calle Juan de Toledo, hasta el lugar elegido, los terrenos de la antigua y primera plaza de toros de San Lorenzo, mandada construir por Felipe V, en donde, actualmente, se pueden ver todavía restos de ella.
Allí, todo estaba preparado, con los hoyos abiertos en la tierra donde se sembrarían los mil arbolitos, plantones de pinos, olmos y chopos, todos ellos recogidos de los viveros creados por los alumnos de la Escuela de Ingenieros de Montes en la Casita del Príncipe.
También, cientos de pequeñas herramientas de madera, -picos y palas-, realizadas de forma admirable, como regalo, por Don Francisco González Soto, esperaban a los niños, que con admirable orden, y con gran rapidez y destreza, plantaron los arbolitos, logrando formar un perfecto bosque en miniatura, siendo largamente aplaudidos al terminar el trabajo, antes de disfrutar de una buena y merecida merienda, y recibiendo la felicitación especial del Ministro y del Alcalde en sus discursos de despedida.
Quizá la que no estaba “bien plantada” fue la tribuna, desde la que autoridades, prensa e invitados contemplaban la fiesta, pues se vino a abajo, sin causar graves daños, salvo el gran golpe en la cadera que sufrió al caer el Cura Párroco, señor Bastegochea.
Como colofón de esta gran fiesta, las autoridades y periodistas asistentes, firmaron el Acta correspondiente de esta primera FIESTA DEL ÁRBOL celebrada en este Real Sitio, de la que se ocupó de redactar el Secretario del Ayuntamiento.
Sobre las seis de la tarde, el tren especial con las autoridades e invitados se puso en marcha de regreso a Madrid.
Se puede decir, y está documentado, que toda la prensa madrileña y del resto de España, se ocuparon de dar amplia información de este gran acontecimiento, otro más de los numerosos que se han celebrado y se celebran en este Real Sitio.
En 1906 y 1907, se volvió a celebrar con el mismo éxito que la primera, con la curiosa y valiosa anécdota, de que la de 1907 contó con la emotiva presencia de un grupo de dieciocho colegiales de Robledondo, que bajaron andando hasta San Lorenzo, en compañía de su maestro, para participar en esta gran fiesta. En una de las fotografías, este grupo de niños, con blusas blancas, durante la plantación.
Al duendecillo le gusta mucho el Himno dedicado al árbol, y quiere recordarlo, con la letra de como comienza: “Hoy la alegre y gentil primavera/adelanta su entrada triunfal/por ser ella del árbol la reina/y en la fiesta del árbol reinar./ Hacia el árbol los niños marchemos,/y al mirarnos cantando a su pie,/en las voces oirá, de los niños,/pajarillos que cantan en él.
No estaría de más, que esta gran fiesta se volviera a realizar, para que los niños, menos niños y mayores recordemos que, “el árbol es el éxito más grande de la Naturaleza”, y lo que recomendaba Martin Luther King: ”Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”
La FIESTA DEL ÁRBOL, otro de los muchos y grandes acontecimientos gurriatos, que ha pasado a formar parte de la historia de este Real Sitio, y que el duendecillo Bolilla ha querido recordar.