Los órdenes de San Lorenzo el Real
MARISOL PEREA UNCETA.- Distintos periodos de la Historia de la Arquitectura tienen como protagonistas y ordenadores de sus estructuras, espacios y fachadas los órdenes clásicos. Con origen en la Antigüedad helena, se han hecho presentes en la Antigua Roma, en el en el primer y segundo Renacimiento, en el Barroco, en el Neoclasicismo y, puntualmente, en estilos del siglo XIX y XX rememorando su prestancia institucional y tradicional.
Sin embargo, estos órdenes no aparecen igual en unos periodos y otros, siguen un camino serpenteante a lo largo de la Historia. Los primeros órdenes griegos son el dórico, jónico y corintio, que se pueden identificar respectivamente con distintos periodos de la cultura helena.
El dórico rotundo, firme, fuerte, masculino de la Grecia Arcáica y su predominio espartano.
El jónico femenino y grácil de la Grecia Clásica y su predominio ateniense.
El corintio femenino y juvenil de la Grecia Helenística con el dominio de Macedonio. Es el estilo que Alejandro Magno llevó a lugares remotos como Persia o singulares como una sinagoga en Galilea.En la Antigua Roma, toman los órdenes clásicos griegos, los hacen suyos (como tantos otros elementos de la cultura o religión) y añaden otros dos: el compuesto, que une el corintio y el jónico, un estilo muy identificado con el Imperio Romano. Y el toscano, que es en el que me gustaría detenerme hoy.
Este estilo tiene origen etrusco, se sustituye por el dórico y, aunque tiene grandes semejanzas como la sencillez, aporta grandes diferencias: tiene basa, el dórico no, no tiene aristas, el dórico sí. Además, las metopas de su friso tienen una decoración que alterna bucráneo y pátera.
Los romanos son grandes tratadistas, su manera de ver el mundo es la de un homo faber, un hombre práctico que quiere que las cosas funcionen y que se centra en la técnica y el saber hacer. El gran tratado de esta época es De Architectura de Vitrubio escrito en el siglo I a.C (desconocemos si tuvo ilustraciones, no trascendieron, tal y como afirma el Dr. Intra Sidola)
En la Edad Moderna, no conocen los estilos griegos directamente. Conocen los tratados romanos y sus restos arqueológicos. En el primer Renacimiento varios arquitectos retoman los estilos clásicos en sus edificios después de una larga Edad Media en la que han sido transformados en capiteles historiados. Autores como Brunelleschi o Alberti presentan a Europa el resurgir del clasicismo. Así mismo, grandes tratadistas como Serlio, Vignola o Palladio le explican a Europa cuáles son los cánones de lo correcto y lo bello, según lo que ellos pensaban que era la Antigüedad Clásica. Tendrá que llegar la Ilustración con sus excavaciones y arqueólogos para descubrir la auténtica Grecia.
Tratados de arquitectura, el orden toscano, el orden colosal y la superposición de órdenes, signos de modernidad en El Escorial.
Tratados: Dos capítulos (el III y el IV) del tratado de Serlio son traducidos por Villalpando por orden del príncipe Felipe en el año 1552. Estaba muy interesado por lo que los grandes autores del segundo Renacimiento estaban haciendo en Italia. Y quería tener un documento que, de primera mano, explicara todo lo relativo a los cánones utilizados.
No olvidemos que España está en la periferia del Renacimiento (Dr. Intra Sidola) y el futuro rey quiere en sus futuras obras estar a la altura de lo que en Italia hacen Bramante, Miguel Ángel o Palladio.
Orden toscano moderno: Usado en San Pietro in Montorio (1502-1510) de Bramante, un auténtico manifiesto del clasicismo en la arquitectura del Renacimiento, en el Palacio de Carlos V en Granada (1526) de Machuca que denota un gran conocimiento de la arquitectura imperial romana y en la cúpula de la Basílica del monasterio.
En el caso de la Cimborrio del Escorial es un orden toscano moderno, sin figuras en las metopas del friso (en Granada y San Pietro está decorado), arcos y hornacinas, y balaustrada rematando la cornisa como Bramante en San Pietro.
Orden colosal: es una columna o pilastra que abarca varios niveles del edificio. Al principio aparece en pilastra en varias obras de renombre como el Partido de Güelfos de Bramante (1440) o la Basílica de San Andrés de Mantua de Alberti (1442), y más tarde en columnas como el Chateau d Ecoreu de Bullant (1538), y por supuesto, la Fachada de San Pedro de Roma.
Me atrevo a decir que esta fachada es la primera que utiliza el orden colosal en España, aunando distintos niveles del edificio con una sola columna, la toscana une el andar del Patio de Reyes y la Biblioteca Principal y la de orden jónico la biblioteca complementaria y la buhardilla.
Superposición de órdenes: consiste en utilizar distintos órdenes, cada uno en un nivel, ya la utilizaron los romanos en el Coliseo: dórico en la planta baja, jónico en la primera, corintio en la segunda y pilastras corintias en la tercera. Caerá en desuso en la Edad Media y, como tantos otros recursos clásicos se retoma en el primer Renacimiento con el Palacio Rucellai de Alberti (1146-1450).
La superposición de órdenes la podemos encontrar en el monasterio de El Escorial en varios lugares pero fijémonos hoy como está presente también en la fachada principal: el toscano moderno, fuerte y masculino soportando la parte inferior y el jónico en la parte superior, grácil y femenino.
La utilización de los órdenes tan depurados y según los cánones de los autores italianos hace del Escorial una obra que se sale de la periferia del Renacimiento para convertirse en el epicentro del Manierismo.