Las diferentes cúpulas de San Lorenzo el Real
MARISOL PEREA UNCETA.- Si hay un elemento significativo dentro de la Arquitectura del clasicismo de la modernidad es la cúpula. No en vano, el inicio del Renacimiento para los arquitectos es la construcción de la cúpula de Santa María del Fiore de Florencia en 1434, de Brunelleschi. El artista de la Modernidad quiere rememorar las antiguas cúpulas romanas, como la del Panteón de Roma, que es un auténtico alarde técnico. La de Brunelleschi tiene una base octogonal pero las posteriores normalmente son semiesféricas y se sostienen sobre un tambor circular, que a su vez sirve para iluminar el espacio. Por último, lo que une el tambor con el crucero es la pechina.
La cúpula se inscribe y apoya en un cubo, que es el símbolo de la humanidad, la ciencia, la matemática, lo que el hombre es capaz de hacer dentro de su naturaleza. La cúpula tiene la forma de una semiesfera, la esfera representa la perfección de la divinidad, la trascendencia de la que venimos y a la que estamos llamados.
Hoy voy a hablar de las cúpulas de San Lorenzo el Real, como elementos representativos de la modernidad del Renacimiento y del teocentrismo de la Contrarreforma.
Cúpula de la basílica: es de considerables dimensiones, 18.5 metros de diámetro interior. Normalmente las cúpulas de la Antigüedad no son de sillería (piedra) se utiliza cerámica para aligerar la carga y reducir los empujes. En este caso se hizo enteramente de granito y no ha dado problemas después de cinco siglos (a diferencia de la de San Pedro de Roma que tuvo problemas desde su construcción).
Para algunos maestros de la época esto era una involución, pues en el gótico se consiguieron grandes hitos técnicos de gran altura, con mucha luz y menos piedra.
Los dibujos de Juan Bautista de Toledo contemplaban un tambor mucho menos estilizado y elegante, y de muros mucho más gruesos que el diseño final de Juan de Herrera.
Cúpulas de las torres de la iglesia: la iglesia tiene dos torres a sus pies como cualquier templo exento parar rematar su fachada principal. Una de ellas es la del Reloj y la otra la de las Campanas. Las dos están coronadas por una cúpula semiesférica bastante esbelta y una linterna que ayuda a iluminar el interior con luz cenital.
Cúpula plana del sotacoro: generalmente se refieren a ella como bóveda plana, aunque sería más conveniente (según Ricardo Aroca) utilizar el término cúpula. La bóveda tiene una sola curvatura, se utiliza para cubrir las naves de una iglesia, por ejemplo, si es una bóveda de cañón tiene una forma de cilindro cortado, así son las naves de la Basílica.
Sin embargo, la cúpula cubre una zona que tiene doble curvatura, como una semi esfera. En este caso nuestra cúpula quiere cubrir una zona cuadrada, pero sin darle altura, de ahí la utilización de un término que es un oxímoron (cúpula, elemento con curvatura, plana, sin curvatura).
Juan Bautista de Toledo ya intentó hacer este tipo de cúpula en la zona sur del monasterio, la hizo, pero con más anillos y una argamasa más pesada. Probablemente esto supuso que no se diera soporte a sí misma y que tuvieran que poner un pilar en el centro. Sin embargo, Juan de Herrera lo consiguió gracias a que la gran masa del templo es capaz de contrarrestar el inmenso empuje que provoca el ser completamente plana, tiene menos anillos y las juntas están hechas con mucho más cuidado.
El sotacoro sostiene el coro, en el que la comunidad de frailes sigue todos los oficios y sacramentos retirada de la vista de la corte. Es un espacio que recoge dos perfectos cubos, uno encima de otro. El coro es el cubo donde descansan los pies de Dios según el Discurso sobre la figura del cubo de Herrera.
¿Cuál es el significado de este espacio? Llegamos a él por el via lucis, atravesando el atrio (debajo de la Biblioteca), el patio (de Reyes), el pórtico (debajo de los reyes del Templo de Jerusalén). Es el sotacoro, es decir, el espacio que se encuentra debajo del coro, su finalidad es similar al nártex de las basílicas paleocristianas (en el que se tenían que quedar los que todavía no habían sido bautizados).
Este espacio, previo al templo, invita al recogimiento, es un lugar oscuro y bajo (en comparación con el patio y la Basílica) preparando al creyente para el impacto que va a recibir, en los sentidos y el espíritu, cuando entre en la iglesia. Una iglesia pensada para impresionar y conmover a católico de la Contrarreforma.