La explanada de la Lonja y Monasterio

Corte topográfico del sector del Monasterio. Dibujo de Guillermo Motañés Agudo.
Carlos Agudo.- ¿Cómo es posible que, en una zona de sierra de laderas agrestes, rocosas, pronunciadas, con fuertes pendientes y desniveles, exista una gran superficie plana, diáfana y horizontal de más de 6 hectáreas donde se construyó la Gran Fábrica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial?
Desconozco si todos los visitantes al Monasterio, incluso los nativos, hacen esta observación.
José Quevedo explica la orografía previa de la zona donde se decidió construir el Monasterio. Pero ¿quién fue José Quevedo? Fue un padre jerónimo, que ingresó en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial el 7 de abril de 1825. Extinguida la comunidad, a consecuencia de la desamortización de Mendizábal, la Reina Isabel II, le nombró primer bibliotecario en 1847, cargo que ocupó hasta 1852. Fue también confesor de Fernando VII, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, miembro honorario de la Biblioteca Imperial de San Petersburgo y oficial de la Junta Directiva de Archivos del Ministerio de Gracia y Justicia. Entre sus numerosos trabajos escribió:
“Historia del Real Monasterio de San Lorenzo, llamado comúnmente del Escorial […]”, Madrid, Est. Tipográfico de Mellado, 1849 (Madrid, Imprenta Eusebio Aguado, 1854 [2.ª ed.]; ed. facs., Madrid, Hiperión, 1986 [3.ª ed.]) En esta obra que puedes consultar y descargar en este enlace
https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=20871
José Quevedo cuando narra el inicio de la construcción del monasterio dice: “…se explanó haciendo el cuadro de los cimientos con una longitud de E a O de 580 pies y de N a S de 735 pies. Aunque a la vista parecía bastante plana luego se echaron niveles y había una inclinación de 30 pies…” (Equivalente a un 5% de desnivel) “además estaba llena de enormes peñascos, hendiduras, altos y bajos, que no costaron poco trabajo nivelar” Esta descripción corresponde a las características propias de un coluvión.
Un coluvión es un depósito rocoso compuesto por bloques, cantos groseros y gravas aristados con elementos terrígenos, arrastrados ladera abajo por arrolladas y con la ayuda de la fuerza de la gravedad, se localizan en las partes bajas de algunas laderas. Según el mapa geológico, hoja 533 San Lorenzo de El Escorial, el único coluvión cartografiado en esta zona está localizado en el sector urbanizado de San Lorenzo y llega hasta la estación de tren. Este coluvión es más antiguo que la red de arroyos. Al inicio del cuaternario cuando empezaba a establecerse la red fluvial, estos coluviones se depositarían entre las partes bajas de las pendientes y las partes del llano próximas a las laderas. Una vez que los arroyos se establecieron e iniciaron su tarea de erosión y transporte buscando la salida al llano, se toparon con los coluviones, los cortaron, los arrastraron y en buena parte, los borraron, así El Monasterio y buena parte del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial están construidos entre los arroyos del Romeral al suroeste y el arroyo de la Barranquilla al noreste, y sobre un coluvión ahora imperceptible por el desarrollo urbanístico.
La explanación del solar donde se construyó supuso practicar fuertes desmontes y acumular los escombros ladera abajo para crear un terraplén que permitiera conseguir una explanada de más de 6 hectáreas para La Lonja y Monasterio, más otro plano cuatro metros más bajo para el jardín de los Frailes y de la Reina de casi 2 hectáreas. Pilar Chía Navarro estudió los movimientos de tierra que se realizaron en la construcción. Los materiales que sobraron del desmonte se llevaron al sector donde se levantó el edificio de la Ballestería, de ahí que, en la parte de atrás, que da a la calle Infantes hubo que construir otro muro de contención de varios metros de altura para salvar el desnivel. Por otra parte, si nos colocamos en La Lonja, en la fachada principal y observamos la casa de la Reina que está enfrente, nos daremos cuenta de que la parte baja, planta calle, de dicha casa en su lado norte no tiene ventanas, esto es debido a que no hay habitaciones, porque lo que hay detrás del muro es roca perteneciente a la ladera de Abantos. Más al sur en el momento en que esa fachada ya es parte del edifico de la Compaña, antes de llegar a la puerta de la cafetería y donde la calle inicia un ligero descenso es cuando ya se ven ventanas del edificio de las zonas habitables. Otra prueba de ello es que, en la zona del colegio, al noroeste del Edificio no hay sótanos, también es roca por ser sector de desmonte, los sótanos del Monasterio se localizan al este y sur en la parte del terraplén. En las figuras adjuntas queda más clara esta explicación.