La calidad bien entendida empieza por uno mismo

LUIS VICENTE SEGOVIA MARTIN.- Mucho se ha escrito sobre la fábrica de Matías López de El Escorial desde su cierre en la década del 1960 y casi siempre todos los comentarios han sido positivos con mucho cariño y anhelo como no puede ser de otra manera, pues fue el primer referente del comercio de nuestro municipio, me gustaría destacar una serie de valores y entrega para que todo ello fuera posible.
En primer lugar, la organización y planificación junto a la calidad del producto hizo realidad el éxito en la segunda mitad del siglo XIX.
Un modelo y conocimiento que fue crear una estructura en la empresa para llevar a cabo el buen funcionamiento de la fábrica, sobre todo su forma de relacionarse con los trabajadores fue fundamental para que Matías López hiciera realidad a ser un empresario de vanguardia.
El progreso social basado siempre en la educación fue uno de los pilares que le dieron sus frutos en nuestra localidad, Don Matías López construyó dos escuelas para niñas y niños de los trabajadores, al igual que hizo las viviendas de los empleados de la fábrica creando un entorno de unidad familiar y un barrio de mucho valor y siempre muy querido por los Escurialenses.
Sin duda otro de su éxito fue crear un producto de calidad a un precio competitivo y de un consumo masivo, ese chocolate de tanta calidad fue muy bien difundido por una variedad de carteles para conseguir así una gran publicidad, sobre todo uno que indisolublemente quedo unido al pueblo del escorial, durante un centenar de años fue una referencia y uno de los primeros anuncios publicitarios del mercado Español, el cartel de los gordos y los flacos como así se llamaba, fue definido en aquella época como “arte de calle” y desde entonces hasta ahora sigue viéndose por toda España, una verdadera obra de arte.
También me gustaría resaltar los que también hicieron posible y realidad el sueño de Matías López que al fin y al cabo fueron todas aquellas familias trabajadoras que durante tantos años mantuvieron y trasmitieron la existencia para siempre de la fábrica. Gracias a todos. Y mi reconocimiento especial a mí familia de tres generaciones grandes conocedores de su oficio y nuestros chocolateros de la fábrica “unos masters chef del chocolate ‘’.
De izquierda a derecha, mi bisabuelo: Cosme Martin Benito, mi abuelo: Vicente Martin Echeverría, mi tío: Vicente Martin Aparicio y mi madre: Micaela Martin Aparicio.
Cuando en 1875 Don Matías López inaugura la fábrica su producto se expande y entra en una dimensión mucho más amplia que el marco madrileño y se plantea una difusión a escala nacional despertando así en toda la geografía española el interés por su producto y consiguiendo mostrar su mercancía para su posterior éxito.
BIOGRAFIA
Matías López y López; Nacido en la villa de sarria (Lugo) en una fecha incierta pues en la partida de bautismo de su iglesia parroquial señala como fecha de nacimiento el 17 de mayo de 1825, por otro lado, en los documentos oficiales y personales dan como fecha el 21 de febrero de 1826.
A los 15 años se marcha de su pueblo con dirección a Madrid y en poco tiempo empieza a trabajar en una fábrica de chocolate, compartiendo su tiempo con sus estudios, no fueron años fáciles, todo lo contrario, fueron años muy difíciles, pero consiguió estudios específicos y propios del mundo mercantil que le sirvió de una buena y amplia formación profesional y de ahí mi frase al comienzo de este artículo “La calidad bien entendida empieza por uno mismo”.
Su esposa fue Andrea de Andrés Sánchez con la cual tuvo 5 hijos, Asunción, Rosa, Matías, Pablo y María del Carmen.
Ocupación: Empresario industrial chocolatero y político en el año 1873, fue senador vitalicio con Alfonso de Borbón Rey de España. Falleció el 18 de junio de 1891 en Madrid a los 66 años.