Hoy me paso por La Reineta, en búsqueda de un regalo especial
El fin de semana que viene es el cumpleaños de una amiga, y tengo que pensar un poco qué regalarla. Tiene de todo, así que tiene que ser algo especial, algo original y diferente. Me voy a acercar a La Reineta, uno de los lugares más mágicos de San Lorenzo de El Escorial donde casi seguro, encontraré algo ideal. Si, es una tienda para no tener prisa y mirar y mirar… l frente de ella está Sara. Ella sin duda me aconsejará, porque tiene muchas cosas a muy diferentes precios: asequibles y más de capricho.
Y siempre que entro, pico con algo más. ¡Hay tantas cosas! Me pregunto ¿cómo se les ocurriría una tienda así, tan diversa?
P.- Hola Sara. No dejo de preguntarme, ¿cómo surgió la idea de crear La Reineta?
R.- Había una tienda en Madrid que nos gustaba mucho a mi hermana y a mí, en la calle Rio Rosas en Madrid, que tenía un poco de todo y muy diferente, e igual te podías llevas una cosa de un euro que de cien. Y, aunque cada una teníamos nuestra profesión y nuestros trabajos, un día pensamos ¿por qué no crear una tienda de este estilo? Y así fue. Comenzamos con una tienda muy pequeñita hasta llegar a este en que nos encontramos ¡y ya hace veintitrés años!
P.- Para quien no la conozca o que no se haya decidido a entrar ¿qué se puede encontrar en La Reineta? Porque el escaparate llama mucho la atención, ves de todo un poco.
R.- Pues hay desde detalles pequeñitos y muy monos, como para adornar una velada o una comida especial -como las servilletas que vienen de Alemania a muy buen precio-, hasta muebles y, entre medias, mucha artesanía, muchas cosas hechas a mano -desde almohadones preciosos a felpudos simpáticos; colgadores de ropa que emulan lo antiguo; relojes de pared decorativos; candelabros, velas-. Y, también, complementos como sombreros en cada temporada, bolsos, bolsas playeras, hasta bisutería en plata y ¡cómo no, abanicos!
P.- Pero ¿cómo se descubre tanta variedad y tan bonitas cosas?
R.- Hay que ir a ferias, por supuesto, también llegan proveedores a ofrecerte productos; se te ocurre algo e investigas por Internet donde encontrar la empresa que lo comercializa, aunque esté fuera de España. Al final, es ir buscando cosas. Lo que te gusta porque se sale un poco del estándar, se trae.
P.- ¿Resulta difícil poner un negocio de estas características?
R.- Si, no es fácil. Por supuesto, necesitas capital, mucho tiempo y paciencia, porque también necesitas aprender. Si eres inexperto, te equivocas, tienes que cambiar de estrategia, corregir… Y así, se va aprendiendo.
P.- Hay un elemento que os distingue que son los abanicos y se crea la marca Abanicos de Madrid. ¿De dónde sale la idea?
R.- Pues, surgió precisamente en un intento de vender nuestros productos a través de una tienda online. Pero es tal la variedad y cantidad de cosas en La Reineta que te obligaba a tener almacenaje suficiente y se complicaba el asunto. Pero esto sí que permitió darse cuenta de que lo que más se vendían eran los abanicos, que se almacenan bien y que se puede tener doble stock…, y ya que estaba la tienda online montada se apostó por ello. Se comenzó la búsqueda de proveedores de abanicos de artesanos españoles y ahora está en pleno rendimiento.
P.- ¿Por qué se vende marca ‘Madrid’?
R.- Pues porque es una dirección fácil de recordar. Porque Madrid es, en sí, un sitio artístico, turístico y cultural. Lo abarca todo. Pero, sobre todo, porque estamos aquí. En Madrid.
P.- ¿Son abanicos que viajan por el mundo?
R.- Si, la web está abierta a muchos destinos y vendemos mucho, por ejemplo, a México y Argentina -en general Suramérica está muy interesada-, y en Europa vendemos mucho a Alemania, Francia e Italia. Excepto a Gran Bretaña, por la dificultad aduanera que supone.
P.- Pero a través de las redes vemos que aparecen en distintos destinos turísticos.
R.- -Sonríe-. Se hacen reportajes en La Granja de San Ildefonso, por supuesto aquí en El Escorial, Navacerrada… Es una forma promocionar el abanico y los destinos turísticos.
P.- Supongo que vuestras clientas, porque supongo que vuestra principal clientela es fémina…
R ¡¡¡No!!! -ríe-. ¡No! Aunque parezca mentira algo más del cincuenta por ciento de nuestros clientes son hombres. Y además compran abanicos buenos, bonitos y, además, no miran tanto el precio. Su objetico es hacer un buen regalo. Las mujeres regateamos más y somo más directas. Ellos, te llaman o te escriben, te preguntan las veces que haga falta y te piden opinión.