Esta semana han comenzado las marchas a la Ermita de la Virgen del Cubillo

36,27 kilómetros de distancia, 953 metros de desnivel acumulado, 840 de desnivel negativo, una media de 4,3 kilómetros por hora; un tiempo total de 9 horas y 59 minutos de tiempo total de recorrido incluyendo paradas de avituallamiento y almuerzo; y 8 horas y 29 minutos de tiempo andado son las cifras que arrojan una marcha que partió a las 3 de la madrugada de ayer y que concluyó en la ermita de Nuestra Señora la Virgen del Cubillo, término de Aldeavieja en Ávila, en torno a las 12.30 horas.
La convocatoria tuvo lugar a las 2.30 horas en el barrio de Las Casillas, desde donde se partió puntualmente a las 3.00 para iniciar subida por la presa de El Romeral, para seguir por el camino del Trampalón hacia el mirador de Los Areces, el puerto del Malagón y el alto de Abantos, donde se hizo la primera parada con una temperatura cálida. Nada que ver tuvo el siguiente tramo hacia Peguerinos, pasando por la fuente de Las Negras y el albergue Casa de las Cuevas, donde el frío arreció por la humedad de sus arroyos entre los pinares y donde se hacía necesario una paradita para cafetín con las tradicionales rosquillas.
A partir de ahí, campo a través, el grupo se dirigió hacia el refugio de la Majada de los Lobos, una choza situada ya en el término municipal de El Espinar, donde se hizo parada para almorzar, como manda la tradición, un bocadillo de filete empanado con pimientos y otro de tortilla, acompañados de refrigerios y vino. A partir de ahí, caminos y sendas a través de fincas de vacuno que más de un susto dieron, al verse turbada sus pacíficos pastos. Al llegar al último portón el cansancio se hacía evidente, pero los cuatro últimos kilómetros, en vistas de la inminente llegada al destino, hubo quienes pegaron estirón al grupo para llegar a la ermita de la virgen del Cubillo antes del tiempo estimado.
El grupo, formado por algo más de una veintena de personas, fue llegando en hora al destino en una jornada en la que la brisa refrigeró los últimos kilómetros. Quizás los más arduos por cúmulo de cansancio y las temperaturas diurnas. Pero el sentimiento general, como no podía ser de otra forma, fue de satisfacción por el logro, pero también porque el tiempo acompañar sin unas excesivas temperaturas, la buena marcha en un camino que resultó sin incidencias. No faltaron las risas en los pasos con el ganado, ni el agradecimiento a la virgen ya los participantes.
La jornada terminó, tras ducha previa, en comida de fraternidad en el restaurante La Horizontal, donde quienes no pudieron hacer la marcha por trabajo, se unieron a la celebración, con la pena de habérselo perdido. De comer, unas sabrosas gambas, calamares, un gazpacho y cochinillo para volver a reponer fuerzas. Aunque esta marcha contó en todo momento con la asistencia de Aureliano y Juan, por todos conocidos, que se ocuparon de la intendencia a lo largo del recorrido.
Tradición
Y aunque esta fue la primera, no será la última marcha de 2024 que sale de San Lorenzo de El Escorial para visitar a la Virgen del Cubillo. El sábado y el domingo saldrán otras dos, lo que nos lleva a preguntar -a quienes nos sumamos por primera vez-, de dónde sale la que parece ser una arraigada tradición. Pues bien, todo se remonta a años inmemorables, puesto que esta ermita y los escoriales están ligados a tiempos en que habitaban los Jerónimos en el monasterio y sabemos también que ‘años ha’ eran muchos los escurialenses partícipes de la romería de la Virgen del Cubillo que tiene lugar en septiembre. Sabemos que posteriormente, se iniciaron las marchas por parte de trabajadores de Patrimonio Nacional; otra de los comerciantes del Mercado de San Lorenzo; otra del restaurante La Cueva; otros tantos grupos de la Villa de El Escorial…
Así que, como quien dice, dejamos ’el micro’ abierto para que nos contéis esta historia y tradición.