Equilibrio

Fernando Del Campo Fernández-Shaw.- Verdaderamente no sabía muy bien qué tema abordar en esta primera colaboración de 2025 (lo estoy redactando en los últimos suspiros de 2024), pero el título que he elegido ejemplifica una constante en mi vida (o eso pretendo) que, de una u otra forma, procuro compartir con mi entorno personal… y algo más allá.
Y es que creo firmemente que siempre estamos buscando ese equilibrio, ese punto medio, difícil, complejo y frágil de la balanza vital que todos sostenemos en nuestra vida o, dicho de otra forma, en los actos y pensamientos / actitudes de nuestra vida que van conformando el equilibrio de nuestra balanza…
Creo que todos (o la inmensa mayoría) tenemos la sensación (o la certeza) de que nuestro entorno general, y sobre todo el social y político está absolutamente “desequilibrado” en el sentido más estricto de la palabra… pero, por qué no, también en su significado relativo a la locura, la pérdida de la razón, de los valores (si es que aún existen… –ya hablaremos más delante de este tema tan apasionante–). Y en este ambiente que impregna muchos actos y pensamientos de nuestras vidas es donde, quizá, ahora más que nunca, es necesario “tener equilibrio” o, por lo menos, buscarlo.
“La botella medio llena o medio vacía”, “no todo es blanco o negro”, “ni tanto ni tan calvo”… o una de mis frases preferidas “lo poco gusta y lo mucho cansa” (mis hijas se reirán cuando lo lean), son expresiones sino vulgares sí sencillas pero de una rotundidad, a mi juicio, aplastante. Porque, habitualmente, no todo es espectacularmente espectacular o lamentablemente lamentable… no; en las situaciones más bonitas siempre puede haber margen de mejora, y en las situaciones más tristes, siempre hay luces a las que seguir o puntos a los que agarrarse para no caer más. Siempre. ¿Cómo? Con gente a tu lado que te transmita ese equilibrio, ese punto de apoyo, esa palabra de ánimo, esa visión de luz que te haga reflexionar y mover tu balanza vital hacia tu punto de serenidad, de clarividencia, de respirar hondo, de apretar los puños y de dar el primer paso con fuerza, ánimo y decisión.
Comparto esta reflexión con vosotros porque 2024, en nuestra sociedad, ha sido un año en el que, desde mi punto de vista, se han desequilibrado muchas cosas… o se han seguido desequilibrando de un tiempo para acá… Y, con mi copiado y admirado lema “piensa en global pero actúa en local” (¿lo veis? ¡volvemos al equilibrio!), invito a todos a que, en este 2025, empecemos a equilibrar cosas: con compromiso, con respeto, con valentía, con trabajo, con empatía… ¡Son tantos los objetivos sencillos y alcanzables que uno se puede marcar!
Porque, aunque vamos a desarrollar muchos de estos temas desde este rincón del periódico en este 2025, así, a vuelapluma, se me ocurren varios, alguno que pudiera escocer, pero que están en la calle permanentemente…
Si existiera la posibilidad de mantener el equilibrio entre el carácter histórico y cultural de nuestro pueblo protegido con nuestro entorno natural también protegido… ¿son necesarios determinados proyectos empresariales / inmobiliarios que revienten nuestro entorno escurialense natural protegido?
Si existiera la posibilidad de mantener el equilibrio ideológico entre los representantes de los partidos que nos gobiernan (sí, también en la política local), a la hora de unirse y trabajar juntos para determinados “cuestiones de estado o de comunidad autónoma o de pueblo”, en vez de ir cada uno a su guerra y a sus propios intereses…
Si existiera la posibilidad de que “Villabajo” y “Villarriba”, o “Caciques” y “Gurriatos” tengan el equilibrio suficiente como para abordar, desde la tranquilidad, el sosiego y ¡eh!, desde lo que pensemos los ciudadanos y la sociedad civil sobre esta separación administrativa con fronteras políticas (sí, no físicas)… muy lejos de la realidad cotidiana de ser todos “escurialenses”. Tan grande y simple.
Si existiera la posibilidad de mantener el equilibrio de que los más jóvenes hablen con respeto y con cariño a sus mayores, usando el móvil cuando sea oportuno, pero usando también el abrazo, el beso o la sonrisa sin pantallas retroiluminadas…
Si existiera la posibilidad de que muchos jóvenes equilibren su “necesidad de tiempo libre sin trabajar fines de semana ni más de 6 horas al día” y su “equilibrio emocional para estar con sus colegas y escuchar reggaeton” con trabajar, comprometerse y ser responsables con su futuro…
Si alguna de estas posibilidades de equilibrio se puede dar, es porque hay gente que cree en ello…aunque no basta “creer” sino que hay que dar un paso adelante; por eso, desde aquí, me permito animar a todos a que lo intenten, a que ese lema de “pensar en global pero actuar en local” se haga real y, cada uno en nuestro entorno más íntimo y personal, nos propongamos para 2025 empezar a promover equilibrio, a evitar extremos y radicalizaciones…
Para los que ya peinamos canas, para los que pudimos vivir (unos más jóvenes que otros) el advenimiento de la democracia entre 1975 y primeros de los 80, eso sí fue un ejemplo de equilibrio y, diría yo, de funambulismo global para todos los españoles…; lo de ahora, de unos y otros… sin comentarios.
Por eso, tomando otra cita (para mí) brillante, “seamos parte de la solución, no del problema”.
Que 2025 sea un año para empezar algo, o para perseverar en lo empezado. Que lo disfrutemos juntos.
Porque ni estamos tan cerca, ni estamos tan lejos. Equilibrio.