Descubriendo la Casita del Infante

Acuarela de Carmen Gutiérrez Capistrano.
CARMEN LUENGO.- Vamos a entrar en la Casita del Infante o de Arriba, mandada construir por Carlos III para su hijo D. Gabriel de Borbón, que nació en Italia en 1752 y llego a ser un hombre con una gran cultura siendo la música una de sus actividades favoritas.
Fue alumno aventajado del Padre Antonio Soler, que compuso varias sonatas para el, siendo interpretadas a dúo en la Basílica del Monasterio de El Escorial.
El lugar fue construido para albergar conciertos de música de cámara, especialmente durante las noches de carnaval y durante su cumpleaños, disfrutando de actuaciones de músicos españoles y extranjeros, como Felipe Sabatini, Nicolás Conforto, Francisco Landini, Manuel Camato, Domingo Porreti y José de Nebra.
Su construcción se realizó entre 1771 y 1773, contando el Infante con 19 años. Fue diseñada por Juan de Villanueva siguiendo la moda del Petit Trianon de Versalles. Su principal reto fue garantizar que la música se pudiera escuchar dentro y fuera del edificio. De ahí que se asemeje a una maravillosa caja de música.
El jardín esta dividido en dos tramos. En la fachada principal encontramos una plazoleta circular con una fuente, de la que arrancan ocho avenidas con setos de boj, junto con coníferas y secuoyas de gran porte, muy posteriores.
El gran jardín de la fachada posterior está regido por un eje que finaliza en la balaustrada de la parte posterior, desde donde se disfruta de una vista fantástica de la fachada de mediodía del monasterio. En ambos lados del eje que rige el jardín, existen parterres, enmarcados con doble seto de boj, en los que encontramos plantaciones de rosas, y coníferas que configuran dos ejes secundarios, paralelos al principal. Desde este jardín se baja a otro en el que encontramos frutales, rosales, coníferas, arcos de cipreses y caminos que en otros tiempos tuvieron bóvedas de jazmines.
En el muro de contención del último nivel hay un gran mascarón dorado que vierte sobre un estanque en el que se almacena el agua de riego para todo el jardín, un elemento fundamental. Sobre su sistema de riego, para lo que se construyó la presa del Infante por Juan Antonio de Villanueva, disponemos de excelente artículo de Carlos Agudo, en el número 6 de Crónica de Abantos.
Todo el conjunto está rodeado por un cerramiento cuyos lienzos están cubiertos por rosales. El jardín recoge elementos herrerianos como la mesa de piedra con ocho asientos en la fachada posterior, seguramente inspirados en La Fresneda.
A finales del siglo XIX, fueron plantadas diferentes secuoyas, entre otras especies de coníferas. Se trata de árboles de gran altura, que desvirtuaron el concepto original de Juan de Villanueva. En el próximo número realizaremos un recorrido descubriendo estos enormes árboles, que aunque tapan literalmente el jardín original, forman parte también de nuestro patrimonio.