Derecho y teatro en el Real Sitio
JOSÉ ANTONIO PEREA UNCETA.- El RCU “María Cristina”, en su más antigua Sección de Derecho, no sólo ha dado a este país reputados abogados y jueces, y algunos notables juristas, sino también políticos -como relatábamos en número anterior- y otros profesionales de prestigio, como periodistas, deportistas o escritores. Citábamos entre los políticos a Juan Ignacio Luca de Tena, entre cuyas actividades sociales y profesionales destaca su dirección del periódico ABC. Pero en esta crónica nos detendremos en su faceta de comediógrafo y en otros ilustres protagonistas de la creación teatral vinculados a la “Uni” y a San Lorenzo de El Escorial.
En efecto, Juan Ignacio Luca de Tena fue -además de político y periodista- un conocido autor de comedias (como la llevada al cine ¿Dónde vas, Alfonso XII?, escrita en 1957). Por su obra Dos mujeres a las nueve recibió -junto a su coautor, Miguel Cuesta- el Premio Nacional de Teatro “Jacinto Benavente” en 1949, y desde unos años antes era miembro de la Real Academia Española, versando su discurso de ingreso sobre Sevilla y el teatro de los Quintero, en homenaje a su predecesor en la letra E, Joaquín Álvarez Quintero. Este hecho estaría motivado por el respeto a su obra, aunque seguramente también por la amistad y la vecindad puesto que Joaquín y su hermano Serafín residían en “Villa Consolación”, en la carretera de Robledo, como menciona José Ruiz Guirado en su blog.
Hijo adoptivo de esta localidad fue el citado Jacinto Benavente, donde recuerda Gaby Sabau en Historia de San Lorenzo del Escorial (2001) que promovió sus Juegos Florales y que interpretó en una ocasión al Crispín de Los intereses creados (1907), méritos suficientes para que el Premio Nobel de Literatura de 1922 fuera homenajeado de forma permanente con la estatua de su personaje en “Los Jardincillos”, la plaza que lleva desde hace sesenta años su nombre.
Curiosamente una de las versiones cinematográficas más aplaudidas de otro dramaturgo residente, José López Rubio, fue la obra de Benavente La malquerida. Esta película la dirigió en 1940, poco después de regresar de Hollywood, donde trabajó en la MGM como guionista y traductor junto con su amigo Eduardo Ugarte (yerno de Carlos Arniches). El autor de la obra teatral Celos del aire (1950), enmarcado en “La otra generación del 27” (con Ramón Gómez de la Serna, Miguel Mihura o Eduardo Jardiel Poncela), coincidió con los anteriores dramaturgos no solo en su residencia escurialense -en la habitación 107 del
Hotel Victoria en su caso- sino también en que recibió el Premio Nacional (1953 y 1973) y fue miembro de la RAE (1983). También en otra circunstancia muy sorprendente -aunque no tanto según me comentan en el sector teatral- como es el hecho de que todos los mencionados, Juan Ignacio Luca de Tena, Jacinto Benavente, José López Rubio e incluso Carlos Arniches iniciaron o terminaron estudios de Derecho, en María Cristina el primero y los demás en la Universidad Central de Madrid.
También es coincidencia que el mismo año que Luca de Tena obtuvo el Premio Nacional de Teatro en versión dramática lo recibieron también, pero en versión lírica (Premio “Ruperto Chapí”), Rafael y Guillermo Fernández-Shaw Iturralde por La Duquesa del Candil. Ambos conjuntamente o el primero con su compañero del Real Colegio de Alfonso XII Federico Romero Sarachaga, o el segundo con éste. fueron libretistas de zarzuelas famosas como Doña Francisquita (1923), La tabernera del puerto (1936) o La Lola se va a los puertos (1951). Con Ruperto Chapí en la composición musical escribió el padre de ambos, Carlos -por supuesto licenciado en Derecho- zarzuelas como El gatito negro (1900).
Entre los compositores con los que colaboraron está también Francisco Alonso, con el que los hermanos presentaron en 1947 en San Lorenzo de El Escorial La empresa de Clavileño. El maestro Alonso, autor de obras de renombre como Las corsarias (1919), veraneante desde 1933 en esta localidad, fue distinguido con el nombre de la Escuela de Música y Danza construida en el antiguo matadero en 2000, edificio en el que comparte espacio con la Biblioteca Municipal, que lleva el nombre de Pedro Antonio de Alarcón, autor de El sombrero de tres picos (1874), desde que se estableció en otras dependencias en 1916, y que -como otros mencionados- tiene el honor de intitular su calle de residencia con el propio.