Daniel Redondo, Jorge Navarro, Miguel Ángel Pérez-Navarro, Leire Castrejón, Sonia Ruiz y Yara Ruiz, vencedores absolutos en las modalidades masculina y femenina
La media maratón ya tiene nombres y apellidos de los vencedores absolutos. Daniel Redondo, del Suances San Blas, y Jorge Navarro, de Desafío Running Móstoles, pasaron en comandita por la línea de meta, con un tiempo de 1:23:27, mientras que Miguel Ángel Pérez-Navarro pasaba por la línea con un tiempo de 1:26:08 en tercer lugar. Fueron las indiscutibles primeras marcas.
Con no menos mérito, entraron las corredoras: Leire Castrejón, también del Suances, se proclamaba campeona absoluta de las féminas, con un tiempo de 1:35:46; Sonia Ruiz y Yara Ruiz, ésta última del Runners Madrid Río, con tiempos también de vértigo, entraron en segundo y tercer lugar de la clasificatoria femenina con 1:43:10 y 1:43:40, respectivamente.
La subida hasta el mirador de la Penosilla ya marcaba el hito con el mayor desnivel acumulado: unos 511 metros, pasando de los aproximadamente 944 metros del punto de salida a los casi 1.330 de altitud, a los que se encuentra este lugar. Por aquí pasaron todos, incluidos los ‘tiradores de los carros de fuego’. Todos con un par, porque el sol pegaba inmisericorde casi en toda la subida y en altitud se nota, si cabe, aún más.
Ahí estuvimos para animar a todos, porque apenas eran ubos 6 del total de 20 kilómetros y pico que tuvieron que recorrer hasta la línea de meta. La dureza de la subida, extrema, La sombra del pinar se agradecía a partir de La Penosilla, pero era inconstante, como inconstante era el trazado, cargado de repechos hasta enfilar, desde el mirador de Abantos, la bajada al embalse del Romeral.
Tras ello, otra etapa dura y ardua: la subida hasta introducirse por el barrio de Los Reyes, de relajación momentánea. Repecho y ya cansados en la subida por Timoteo Padrós hasta la bajada de Santa Joaquina Verduna hasta Los Alamillos y lonja del Monasterio. Penúltima etapa, también de infarto, resultaba la subida desde la plaza de la Virgen de Grana a calle del Rey y Pozas. A la altura de la parroquia, los había que llegaban con humor, pero otros estaban extenuados.
Por supuesto, hubo abandono de corredores, pero la mayoría seguía en su empeño en la última parte de la carrera. Todo un engaño a los ánimos puesto que, vislumbrando meta de bajada al Zaburdón, el itinerario les daba otro azote con la subida por la calle Jara, para continuar por Tomillo y Montefraile, para llegar a meta frente al polideportivo municipal.
Algo más, y nada menos, que 20 kilómetros de carrera con un sol imperdonable y una brisa que, al menos por momentos, aliviaba los males. Toda una hazaña.
No queremos dejar de mencionar a la organización, la Agrupación Deportiva San Lorenzo; el motivo de la carrera, Francisco Fernández Samaniego, in memoriam; y a quienes con admirable entereza han tirado de los Carros de Fuego.
Por supuesto, destacar también, el apoyo de Cruz Roja, y del equipo de voluntarios, aguadores de los deportistas, pero también animadores y recogedores de todas y cada una de las botellas que, a lo largo del recorrido, han ido lanzando a la cuneta los participantes. Labor que volverán a hacer mañana para que no quede el más mínimo testigo de que esta magnífica carrera pasó por allí, según nos contó el portavoz de la ADS, Fernando del Campo Baca, ya al cierre de esta vigésimo primera edición.
Por supuesto, al Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial por haber apoyado todo este despliegue y a la alcaldesa, Carlota López, que como como buena corredora, siempre se suma, y así fue de nuevo, a participar en el evento..
Asimismo, desde Crónica de Abantos, también sumamos a los agradecimientos a los vecinos que, por el desarrollo de esta carrera que sitúa a San Lorenzo de EL Escorial en el punto de mira de infinidad de corredores de toda España, han tenido la paciencia de aguantar, en algunos momentos, algún que otro corte tráfico.