Cómo se visten los serranos para sus Romerías
ADRIANA RAMÍREZ FE.- Lola Alberquilla regenta ahora el comercio de su madre, cuya andadura comenzó hace 60 años. Primero en un pequeño economato de El Escorial, donde se vendía de todo y donde no tardaron en añadir a la actividad la confección de trajes folclóricos serranos. “Pero no en estas dimensiones”, apunta Lola, “sino, poquito a poco, cada vez un poco más”. Luego se trasladaron, hace ya 50 años, a Modas Lola -al menos los que lleva ella- apunta-. Sus padres se jubilaron, si bien quedaron cosedoras que continúan trabajando con ella -incluida una máquina con más de 70 años-, para confeccionar los trajes típicos de nuestras romerías. “Tejidos, lo mejores; adornos, los mejores; los montamos nosotros con aquellos detalles que pueden gustar”. No hay más que entrar en el establecimiento, para disfrutar de verdaderas maravillas en trajes regionales.
¿De qué se compone un traje regional serrano?
El traje femenino se compone de pololos, combinación -los dos para los que van en grupo, pero todo va en base a lo que la gente quiera-, medias caladas de perlé -corta, larga o panty-; la zapatilla de terciopelo o alpargata -antes sólo se usaban éstas últimas-; la falda o refajo -de fieltro de pura lana-, que confecciono a juego con sus delantales -de distintas telas, entre ellas terciopelo-; además, la blusa que puede ser tipo jubón con telas brocadas, blusa de corte antiguo, blusa blanca -con jareta, batista y adornada con un corpiño, bien largo o bien corto, o bien con pañuelo regional, que es lo que se llevaba antes, confeccionado en lana cien por cien y de tamaño grande, para cruzarlo y atarlo atrás-. Además, lazo -que hacemos aquí-, bien de color negro o bien en conjunto con las cintas de la falda, y la faltriquera, que también se puede llevar a juego con el lazo y las cintas del refajo e, incluso, con los jubones. Todo depende del gusto de quien lo vista o como quiera combinarlo con lo que tenga. También hay telas que combinan detalles entre el traje de la señora y del señor -como la camisa de ella y el pañuelo de él-.
¿Y en cuanto a caballero?
En caballero se está innovando mucho. El traje del caballero suele llevar un chaleco de pana con camisa blanca segoviana, elaborada en tela de hilo confeccionadas por nuestras costureres y bordada por talleres artesanos que elegimos nosotros para que no vayan todos iguales, y botón charro- o también la mielera o tocinera, que es el blusón más típico de toda la vida y que ya se acompaña por un vaquero. Seguimos, lo más típico, el pañuelo; luego la faja -que tengo de todos los colores y que pueden ser personalizadas bordadas con la imagen de la patrona, o con el nombre de la peña o de quien la porta-; y por último, alpargata y boina.
Nos faltan los bebés.
Lo mismo que tenemos el de señoras y señores, los bebés y los niños también tienen su traje serrano adaptados a su tamaño.