Aldea medieval de Navalquejigo, crónica de una muerte lenta

Michael Harris Y Paloma Ortiz (Entorno Escorial).- Navalquejigo es una joya olvidada de nuestro patrimonio. Durante el medievo fue más importante que El Escorial y situada en un cruce de vías pecuarias que potenciaba su economía. Se fundó por repobladores segovianos (S. XII) y su nombre aparece en un privilegio otorgado por Sancho IV (1287). Es el único pueblo madrileño que retiene su trazado medieval. Además de la Exaltación de la Santa Cruz, la más antigua de las iglesias fortificadas de repoblación de la zona, perviven casas herrén (S. XVIII-XIX), el Corral de Concejo y el potro de herrar (S. XVII), la picota del siglo XVIII y la fuente-lavadero.
En 1999, una asociación local denunció el deterioro generalizado. Desde 2019, Entorno Escorial y otros grupos de la Plataforma Salvemos Navalquejigo, han realizado una campaña mediante escritos y reuniones con el Ayuntamiento de El Escorial y Patrimonio Cultural de la Comunidad. A pesar de nuestras advertencias, a finales de 2022 se derrumbó el tejado de la cabecera de la iglesia, un siniestro de gran impacto mediático.
A principios de 2023, el Ayuntamiento puso en marcha la ejecución subsidiaria (la administración realiza las obras necesarias para conservar un edificio histórico y cobra los costes a los dueños). A continuación, contrató un proyecto de consolidación con arquitectos especializados en la rehabilitación histórica y se valló el perímetro de la iglesia. En enero la DG de Patrimonio Cultural nos informó que se había realizado el estudio arqueológico y que el proyecto arquitectónico estaba pendiente.
Por desgracia, todo se ha vuelto a parar. No hay movimiento en la iglesia y el Ayuntamiento no ha respondido a nuestras solicitudes de información, un hecho denunciado ante el Consejo de Transparencia. Tampoco ha contestado a nuestro requerimiento sobre el expediente informativo de los bienes públicos en la aldea, a pesar de las propuestas de resolución aprobadas de obligado cumplimiento. En vez de conservar nuestro patrimonio histórico, como es su deber, el Ayuntamiento muestra una pasividad insólita ante el deterioro del conjunto medieval que podría ser otro atractivo turístico de nuestra comarca. l